sábado, 8 de agosto de 2015

En el aire frio


Cuando te fuiste, sin despedirte siquiera, supe que no volvería a verte, solo un pequeño atisbo de mi ser sabia que algo se rompió cuando dijiste adiós.
Sabias que te quería.
El deseo nocturno de poseerte, de poseer tus manos, tu vientre tu delicado cuerpo.
Nada de ello se solucionaria con mi mano diciendo adios y la tuya en el autobus.
Solia caminar despreocupado, pero ahora, solo quiero estar pensando en tus manos, en tu risa, en la delicada comisura de tus labios, cual adolescente que se queda viendo el horizonte, en el anhelo de lo que pudo ser.
Queria ser de mi, como yo de ella.
Era la pregunta o la afirmación dolorosa de que no podia manejarla.
Recuerdo aún su labio tembloroso, cuando le dije te quiero.
Olvidar, aun no es posible, el adiós, congelo el aire frío.

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